Helado Casero

¡Refréscate en verano con tu propio helado!

Ya estamos llegando al verano y se me ocurrió que podría compartir con ustedes alguna receta de helado casero. Se que muchos preferiréis ir al supermercado y comprarlo, pero como ya les he dicho, no hay nada como saber lo que uno come. No les voy a mentir, esta receta si que lleva su tiempo, pero les permitirá ir haciendo otras cosas en casa. El resultado será delicioso y no hay nada como la satisfacción de llegar a casa después de un largo y caluroso día, abrir el congelador y servirte una copa de helado acompañado de una galleta, o de chocolate derretido, o de fruta fresca…

No necesitan una heladera para hacerlo, así que tomen nota y pónganse a cocinar.

Ingredientes:

– 450 gr de fruta fresca (moras, fresas, etc)

– 175 gr de azúcar

– 1/2 cucharadita de zumo de limón

– 720 ml de nata líquida

– 240 ml de leche entera

– 4 yemas de huevo

• una pizca de sal

            Para empezar, trituramos la fruta y la mezclamos con 4 cucharas de azúcar y el zumo de limón, y dejamos reposar la mezcla a temperatura ambiente una hora.

            Si la fruta que vas a usar tiene pepitas o mucha piel, les recomiendo pasarla por un pasapuré.

En un cazo, a fuego medio, ponemos la nata y la leche. Cuando empiece a hervir incorporamos el azúcar restante y la sal. Removemos hasta que el azúcar esté totalmente disuelto.
Retiramos del fuego y dejamos tibiar.

En otro cazo más grande batimos las yemas y vamos añadiendo poco a poco la mezcla anterior, hasta que ambas se integren bien. Es IMPORTANTE añadir la mezcla a las yemas y no al revés, ya que podrían cuajar con el calor del líquido y se estropearía la preparación (a veces no seguimos las recetas al pie de la letra y nos quejamos porque no nos sale). Ponemos esta mezcla a fuego medio-bajo, removiendo constantemente y con cuidado de que no llegue a hervir, pues las yemas pueden cortarse. La dejaremos en el fuego hasta que espese.

Vertemos esta mezcla sobre la fruta y removemos bien hasta que se integren. Y aquí va el truco/consejo del día. Al añadir la fruta en último lugar, nos permitirá hacer más de un helado de sabores diferentes. Repartimos el preparado por los diferentes recipientes equitativamente.

Ponemos la mezcla de helado en un recipiente y la llevamos a la nevera, un mínimo de 4 horas y un máximo de 2 días (si no tienes tiempo de continuar ese mismo día con la receta).

Pasado este tiempo, cuando esté ya bien fría, la llevamos al congelador.

Lo ideal es meterla en un recipiente de acero inoxidable, ya que acelera la congelación (yo en su momento no tenía y lo puse en uno de plástico y se nota que tarda más en enfriarse).

Dejamos que pase una hora en el congelador y sacamos. Removemos enérgicamente con unas barillas. Notarán que se habrá empezado a congelar por los bordes.

Volvemos a llevarla al congelador. Pasados unos 40 minutos, repetimos la operación, y así hasta 3 ó 4 veces más, hasta que veamos que el helado tiene textura cremosa.

Y ya está, así de fácil. Se que lleva su tiempo (si tuviéramos heladera sería más rápido), pero pueden ir haciendo otras cosas en casa mientras van preparándolo. Con poner una alarma para recordarles que tienen que batirlo, podrán entretenerse en sus cosas. Aunque siempre nos quedará ese recurso que usábamos de niños, un palito de helado en nuestro yoghurt preferido y ¡al congelador! Pero se que ustedes son más curiosos y pondrán en práctica esta receta y, más adelante, les enseñaré a hacer diferentes recipientes comestibles para nuestros helados. Este verano triunfarán en la cocina.

Redacción: Judit Morera

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