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El pintor enamorado de las olas

 

En la calle Nueva de la Villa de Teguise se encuentra desde hace 3 años la galería de Dominic Murray, inglés y enamorado de Famara, de su luz, de la calima, de las olas, de las puestas de sol sobre Timanfaya…

Alsolajero no quiso perderse el conocer a este pintor que un día cambió su vida y su peculiar trabajo en Londres por la tranquilidad y la paz de esta isla, donde sigue llevando a cabo sus obras y se deja llevar por el viento de Lanzarote.

 

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Creador de sueños

Disney, BBC, West End de Londres, son algunos de los famosos lugares en los que durante 20 años trabajó Dominic Murray. «Tenía mi propio almacén en el que hacía objetos de fibra, vestuario especial con mecanismos, máscaras, coronas, barrigas falsas de mujeres ficticiamente embarazadas, prótesis para crear deformidades en el cuerpo y cambiar la forma física de un actor», un traje de venda que para el actor fuese sencillo de poner y quitar, unas alas para la Royal Opera Hause. Un sinfín de «efectos especiales» llevados al teatro.

Tras una vida muy estresada, de horarios locos a cargo de mucho personal, Dominic decide dar un giro a su vida. Empieza a pintar otra vez, tarea que había dejado de lado a causa de su acelerado ritmo de vida, y decide venir a vivir a Lanzarote, destino de sobra conocido por él ya que el pintor llevaba 35 años viniendo de vacaciones. «La isla me encantó, venía a visitar a amigos de aquí que conocí en Londres, aunque cuando era joven nunca pensé que vendría a vivir. Ahora estoy muy contento, ya llevo 11 años».

Al principio Dominic enviaba su obra a galerías de Londres, pero las altas comisiones de las galerías y los impuestos son el empujón necesario para que se decida a buscar una galería en Lanzarote. Surge Teguise porque «todo el mundo tiene que pasar por aquí. Pasa la gente y entra o no entra, pero hay mucha gente de Inglaterra que ya me conoce y viene a comprar. Aquí puedo exponer y vender mi obra sin comisión de ningún tipo».

 

«Cuando veo algo que me gusta o me alegra quiero enseñarlo a otra persona.»

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Las cabras de Dominic

«Cuando llegué a Lanzarote traje 3 cajas de pintura acrílica de la que usaba con las máscaras del Rey León sin saber qué hacer con ella. Fue cara y no quería tirarla. Tras 7 años viviendo en la isla, vi una cabra y pensé en usar el acrílico para probar a pintarla». 1 x 1,10 m de tamaño medía el primer cuadro de la primera cabra que pintó Dominic. «La envié a Londres a una galería y cuando lo abrieron dijeron: joder! qué es eso? esperando un bodegón… Lo pusieron en la ventana y la gente que pasaba lo veía se reía pero dos días más tarde, se vendió.» Así surgió mandar exposiciones de cabras a Londres.

Como reclamo, las cabras sin duda han funcionado. Llaman mucho la atención a la puerta de la galería. Los domingos una cabra real está en la puerta de la galería y a la gente le llama la atención y entra.

La mayoría de las cabras son de la Quesería El Faro y Dominic las ha hecho famosas con sus cuadros. Algunas también son de Soo. «El campesino cuando le pregunté si podía hacerle fotos a sus cabras contestó: sí… (otro loco extranjero)». Todas las cabras te miran curiosas, se preguntan qué haces y sus expresiones son interesantes. No tienen miedo.»

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Variedad de estilos

«Mucha gente piensa que aquí exponen tres o más artistas, porque trabajo con diferentes estilos». Y es que en la galería de Dominic Murray podemos encontrar bodegones, retratos, cabras, etc. Lo que más le gusta es «pintar cristal». Los reflejos y las transparencias son sublimes bajo la mano de Murray. Con un detalle y una definición asombrosos. «Puedes ver las cosas de una forma diferente, intentar obtener la luz y la profundidad. Estoy enamorado del cristal».

Su inspiración no viene de nada y viene de todo. «Cuando veo algo que me gusta o me alegra quiero enseñarlo a otra persona.»

Tiene una gran lista de cosas que le gustaría pintar, que todavía no ha podido empezar debido a la gran cantidad de encargos que le hacen. «Empecé a pintar el mar. Tengo una lista larguísima de cosas por pintar, pero me quedo en el boceto hasta poder empezar el cuadro porque tengo otros encargos u outras ideas».

Las olas del mar también le cautivan. «La primera vez que vi esas olas del mar tenía 6 años (explica señalando una de sus obras), fue en el cine con mi padre viendo una famosa película con Raquel Wels. La actriz se caía en el mar y yo miraba esas olas que se grabaron en mi cabeza. Años después vi las olas en Famara y pensé: «ya he estado aquí, ya las he visto antes». Antes no había internet y no podía saber por qué me resultaban tan familiares, pero ahora sé que fue porque aquella película se rodó en Famara.»

«Me gusta pintar las olas porque tienen una forma diferente, se rompen de ambos lados y no paran de llegar.» Famara es una fuente de inspiración para Murray. Septiembre y octubre, los meses perfectos para disfrutar de la belleza de Famara y poder plasmarla en fotografías o en pinturas tan bellas como las de Murray. «Es impresionante y especial. No hay otro lugar en el mundo así. Con su clima de extremos».

En su casa de Teguise disfruta del viento y de sus magníficas vistas. El frío no le molesta, es inglés y está más que acostumbrado. Además, su familia es de Irlanda donde él creció. El sol cruza sobre su casa y le regala la puesta de sol sobre Timanfaya. También eso se refleja en alguna de sus obras. La calima y la vista maravillosa de los volcanes con la puesta de sol. «La calima deja una luz impresionante» – dice.

Sólo él ve fallos en sus obras. Para los que entramos, son espectaculares. «Yo veo una galería llena de fallos. Cuando pinte el cuadro perfecto, acabaré. Yo veo los fallos en cada cuadro y quiero mejorar. Es una forma de autoaprendizaje». «5 años más tarde verás los cuadros que pintaste y verás tus fallos. Es aprender continuamente». «Está bien aceptar críticas de los demás, pero ya de por sí, nosotros somos nuestros propios críticos y sabemos por qué nos criticamos, alguien ajeno puede criticar sin explicar el por qué y hacer más daño que uno mismo».

«Y qué aburrido sería pensar que todo lo hacemos bien a la primera» – dice Murray.

También la magia de las transparencias del cristal se reflejan en los ojos de sus retratados. Esa mirada y esa expresión que lo es todo. Una mujer que acaba de fallecer enseña su sonrisa sin ninguna vergüenza. Dos días de trabajo le llevó a Dominic reflejar esos dientes que ella tanto cuidó durante toda su vida. El detalle en las arrugas de la cara es increíble.

 

Proyectos futuros

En febrero la obra de Dominc Murray se instalará en la sala del Charco de San Ginés y su exposición estará basada en las cosas que ha visto en la isla en estos últimos 35 años: la tierra, el mar, la gente… aunque aun están sin perfilar los detalles. «Todavía no sé si voy a incluír cabras porque aunque me gustan mucho, me gustaría que me recordasen por las olas».

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Artes ocultas

Otra de las artes menos conocida de Dominic Murray es la escultura. «Esculpo mejor que pinto» -dice. «Tengo unos cuantos podencos empezados pero no tengo tiempo de acabarlos. Tengo muchas cosas empezadas sin terminar. En crisis es difícil darle salida al arte». «Tengo suerte de poder trabajar en lo que me gusta y obviamente tengo que vender para vivir. Necesitas confianza en ti mismo y vencer la vergüenza y no siempre es fácil.»

Murray tiene galería online y pueden visitarla en www.dominicmurray.com y para los que vivan cerca, la galería de arte les espera en c/ Nueva, 4 en  la Villa de Teguise.

«Ven a ver mi galería, no tienes que comprar nada». Es la sencilla invitación de este simpático y risueño pintor inglés a conocer su galería.

Les aseguramos que no le recordarán solamente por sus cabras.

Redacción y fotografía: Alsolajero.com